En 2014, la compañía cervecera Mahou adquirió la Casa Palacio del Duque del Infantado, un edificio del siglo XVIII situado en el barrio de La Latina. La idea era poner en marcha un proyecto cultural con sede estable, dotado de un espacio gastronómico y donde poder exponer algunos objetos relacionados con la historia de la empresa, pero también había que diseñar para ese futuro centro un programa con personalidad propia, que garantizase un uso continuo de las instalaciones y lo convirtiese en un espacio de referencia cultural y turística para Madrid.
Tras la adquisición, Mahou lanzó un concurso para la remodelación del edificio, del que resultó ganador Héctor Fernández Elorza. A continuación, solicitó a varias empresas de museografía la elaboración de ese programa de usos y la definición de la imagen del futuro centro: desde su denominación hasta su identidad gráfica. Aunque en principio se barajó un modelo similar a los propuestos por Guinness en Dublín o Heineken en Ámsterdam, orientados a la historia de la marca y a la cultura cervecera, Mahou solicitó abrirse a otras opciones.
Empty, que contó con la colaboración de un grupo de especialistas en industrias culturales, definió una propuesta integral e integradora, basada en el dinamismo de la programación expositiva y con la implantación de un sistema propio de producción cultural basado en “estaciones de trabajo” con capacidad propositiva de talleres y otras actividades capaces de implicar a distintos tipos de público. Todo ello no sólo se desarrolló conceptualmente, sino también desde los contenidos, el diseño museográfico y las instalaciones técnicas necesarias. Lamentablemente, tras convocar una segunda fase del concurso a la que Empty llegó como finalista, Mahou decidió cancelar el proceso por, en sus propias palabras, no tener claros a esas alturas los puntos de partida en torno a los que definir el proyecto.
