En 2014 se cumplió el centenario de la muerte de El Greco. Para conmemorarlo, la ciudad donde residió la mayor parte de su vida y lo consagró como pintor celebró dos grandes exposiciones consecutivas dedicadas a su figura y celebradas ambas en el Museo de Santa Cruz.
En las dos exposiciones del Museo de Santa Cruz Empty se encargó de acondicionar el espacio, producir, montar y posteriormente desmontar los proyectos museográficos: desde la arquitectura expositiva hasta los audiovisuales y textos de sala, a excepción de la iluminación. También coordinó la llegada al museo de las obras, en su inmensa mayoría pictóricas y procedentes de museos y coleccionistas privados de todo el mundo: la propia España, Europa, EEUU, Japón… Muchas de ellas, adquiridas en España, no habían vuelto a nuestro país desde su venta.
Los principales retos de estas exposiciones fueron la gran variedad de formatos de las obras (desde un elaborado tríptico de la etapa griega a una gran pieza de altar realizada en Toledo o la inclusión de piezas especiales, delicados dibujos y documentos o pequeñas esculturas); la numerosa lista de prestatarios y sus exigencias concretas; y el propósito de recrear determinados ambientes tales y como los concibió El Greco, quien en su doble condición de arquitecto y pintor puso sus dotes creativas al servicio de proyectos artísticos integrales, donde el espacio y las obras formaban un todo.
Además, la sacristía del Hospital Tavera albergó otra muestra de las obras realizadas por el cretense para esa institución, cuyo montaje igualmente realizó Empty.