Bodegas Faustino, Oyón

Acondicionamiento parcial y ampliación del conjunto de instalaciones existentes con un centro de visitantes diseñado en clave sostenible y construido con materiales naturales, y paisajismo integral.

La historia de Bodegas Faustino se remonta a 1861, y en ella tiene un lugar destacado la creación de Faustino I, vino icono de estas bodegas que se lanzó en 1964 con la añada de 1958. Para coincidir con el 60 cumpleaños de su presencia en el mercado, la cuarta generación de la familia de bodegueros Martínez Zabala, propietaria de la marca, impulsó “Legado Bodegas Faustino”, un proyecto enoturístico para brindar una experiencia inmersiva, conectada directamente con los viñedos de la Rioja Alavesa que rodean sus instalaciones de producción, y que tiene su epicentro en el pabellón de visitantes diseñado por Foster + Partners.

El pabellón tiene una superficie de aproximadamente 1.600 m², distribuidos en sótano, planta baja y entreplanta. El volumen principal de la planta baja está compuesto por pórticos de madera laminada de alerce que forman arcos antifuniculares y jabalcones, los cuales sostienen una cubierta revestida con barrotillos cilíndricos de pino de Oregón y vidrio fotovoltaico en su faldón sur. El excedente de energía producida se desvía a las instalaciones existentes del complejo vinícola.

Es de destacar el núcleo de comunicación vertical, formado por una escalera helicoidal de acero y piedra, junto con un ascensor circular, ambos flanqueados por revestimientos de madera de roble de líneas curvas. Los suelos son de piedra caliza, excepto en la entreplanta, que está revestida con tarima flotante de roble macizo. La luz natural que llega al interior de la planta baja y la entreplanta proviene de un lucernario lineal que se extiende a lo largo de la nave, suavizada a través de lamas metálicas orientables que permiten ajustar su entrada.

En los espacios exteriores, los pavimentos están realizados en hormigón beige, coloreado en masa y con un acabado abujardado. A lo largo de las fachadas este y oeste se ubican grandes bancos de piedra que, además de funcionar como jardineras, enmarcan los accesos principales al edificio. Forman asimismo parte del proyecto viales peatonales, un aparcamiento con pérgolas para proporcionar sombra, una garita de vigilancia y el paisajismo del entorno.