El proyecto de Zaha Hadid se caracteriza por el dinamismo orgánico de sus formas y el protagonismo del hormigón, y se basa en la idea del agua en movimiento para expresar la capacidad de adaptación de la marca Roca a nuevas demandas y necesidades, y su apuesta por la innovación. Esa corriente líquida que inspira el diseño genera en sí misma diferentes espacios y atmósferas para exponer los productos.
Se utilizaron diferentes materiales reforzados con fibras o composites —GRC, GRP y GRG (hormigón reforzado con fibra de vidrio, plástico y yeso)— y en diferentes aplicaciones para lograr una ejecución precisa de las formas diseñadas.
El GRC se empleó en fachada para producir paneles con superficies de hasta 9 m2 y un espesor de 6 cm, con doble curvatura, de 1 cm de hormigón a cada lado, y un núcleo realizado con paneles de aluminio alveolar de 4 cm de espesor. En la construcción de la fachada también se emplearon vidrios especiales, stadip tipo 10 + 10, cámara de aire de 16 mm y stadip 8 + 8, con láminas de polivinil butiral y prestaciones térmicas y acústicas.
En el interior se optó por un pavimento continuo, con base de resina epoxi y áridos, aunque los elementos protagonistas del espacio son el techo curvo suspendido y la iluminación empotrada que deforma la superficie como si de una tela tensada se tratase.