Los trabajos se desarrollaron en una de las más significativas y emblemáticas arquitecturas de autor de la capital española. El proyecto, descrito por Herzog & de Meuron como «un único edificio y una ciudad heterogénea», debía encontrar respuestas específicas a su ubicación y su programa de usos. Otro aspecto importante fue incorporar criterios de sostenibilidad como parte del proceso de diseño, lo cual condicionó cada una de las decisiones, desde la volumetría general hasta el menor de los detalles técnicos. Con estas premisas, los arquitectos decidieron crear con la nueva sede una suerte de oasis interior, un lugar de mediación entre lo natural y lo construido, que funcionase como una pequeña ciudad y a la vez como un gran jardín.
Partiendo del proyecto diseñado por el estudio suizo, Empty realizó una labor importante de coordinación, en primer lugar con el cliente y en segundo lugar con el equipo de diseño y el project management a cargo de la supervisión del nuevo complejo bancario. En lo que concierne a la ejecución, los trabajos que llevó a cabo incluyeron instalaciones, mobiliario y acondicionamiento de 12 plantas, así como el vestíbulo de acceso al aparcamiento VIP del sótano 2.