El Museo Nacional de Qatar tiene su sede en una de las construcciones más icónicas de Oriente Medio. Su autor, Jean Nouvel, buscaba transmitir la imagen de un país en proceso continuo de modernización, pero a la vez arraigado en sus tradiciones. La conocida como “rosa del desierto”, una roca sedimentaria que cristaliza en formas lenticulares entrelazadas hasta llegar a formar una flor pétrea, proporcionó al arquitecto francés la inspiración que buscaba para un edificio que encarna ese equilibrio entre lo heredado y las aspiraciones de futuro.
Situado en el frente marítimo de Doha, el museo se ha construido alrededor del antiguo palacio del jeque Abdullah bin Jassim Al Thani, que desde 1975 albergaba el Museo Nacional y queda ahora incorporado como colofón de la visita al nuevo edificio, cuyos 52.000 m2 de superficie albergan 8.000 m2 de salas de exposición permanente —un total de doce— y salas temporales, un auditorio y una sala de conferencias, un restaurante, dos cafeterías y una tienda, y zonas de almacenamiento, oficinas de administración y talleres de conservación. Las mismas formas lenticulares que definen el exterior caracterizan los espacios interiores con una impronta mineral.
Jean Nouvel, quien además de ser conocido por sus proyectos arquitectónicos lo es por sus montajes expositivos, ha sido también, junto a Renaud Pierard, el autor del proyecto museográfico, donde confluyen la geografía física de Qatar —desde la formación geológica de la península—, su flora y su fauna, con la historia y el arte del país, su economía y los modos de vida de sus gentes en el pasado —la cultura nómada, la vida en la costa y el peso de la actividad pesquera, el comercio marítimo o la recolección de perlas— y en el presente.
Todo este contenido se muestra a través de más de 4.500 piezas, arropadas por proyecciones audiovisuales de gran formato —3.225 m2 de superficie de proyección—, otros recursos digitales y un total de 1.360 reproducciones de muy diversa condición y tamaño, pues hay desde réplicas de insectos y otros animales de mayor envergadura hasta una instalación artística realizada con elementos de una plataforma petrolífera, pasando por una gigantesca maqueta realizada en madera de sicomoro del importante enclave arqueológico de Al Zubarah. Además, el nuevo NMoQ incorpora unos módulos interactivos denominados “family exhibits”, específicamente diseñados para el público más joven.