Fundado en 1867, el Museo Arqueológico Nacional cuenta con unas extraordinarias colecciones pertenecientes a la Península Ibérica —así como a otras zonas del Mediterráneo— que dan cuenta desde una perspectiva histórica de la enorme pluralidad y densidad cultural de estos territorios. Entre 2008 y 2013, el museo se sometió a una renovación integral de su sede, construida en el siglo XIX, y de su exposición permanente que hizo posible ampliar sus áreas públicas, exhibir una mayor cantidad de piezas y modernizar el discurso en torno a las mismas, así como incrementar sus servicios a los visitantes.
Los casi 10.000 metros cuadrados de superficie expositiva y las más de 13.000 piezas expuestas hoy en el museo hablan fundamentalmente de diversidad y de especificidad.
Diversidad de épocas y de objetos: desde la Prehistoria hasta la fundación del museo en el siglo XIX, con colecciones paleontológicas, arqueológicas y, ya en la Edad Media y la Edad Moderna, de pintura y escultura, de artes decorativas, además de salas de Egipto, Oriente Próximo y Grecia, y gabinete numismático; diversidad de soluciones estéticas y técnicas para la exposición de esos objetos; y diversidad de recursos de apoyo a la interpretación de las colecciones: a modo de ejemplo, 850 ilustraciones o 55 producciones audiovisuales…
Especificidad en el tratamiento de cada pieza: se han instalado desde objetos tan delicados como el omoplato decorado de la Cueva del Castillo (Cantabria), destacada muestra del arte mueble magdaleniense, hasta complejos y pesados artesonados medievales y renacentistas, pasando por estatuaria del primer milenio antes de nuestra era (las damas de Elche, Baza o Ibiza), mosaicos y sarcófagos romanos, tallas, tapices y porcelanas… Especificidad en las soluciones (estéticas y técnicas), según las piezas y su contexto expositivo; y especificidad en el diseño de los recursos de apoyo a la interpretación de las colecciones.