La firma Cartier eligió la antigua sede de la embajada británica en Madrid, un edificio brutalista situado en la calle Fernando el Santo y proyectado en 1966 por los arquitectos W.S. Bryant y Luis Blanco-Soler, para la presentación de su nueva colección de alta joyería, «Beautés du monde». El proyecto de adecuación quedó a cargo de los arquitectos de Ventura Estudio y el diseñador Jaime Hayón.
Si la colección pretendía rendir homenaje a la belleza del mundo y a la diversidad de sus expresiones, el diseño del espacio buscaba celebrar el vínculo de la marca con España en las cuatro plantas circulares del edificio: la baja dedicada a recepción y descanso, restaurante y plató fotográfico, además de contar con una sala audiovisual; la primera con salas privadas para recibir a los clientes y con zona de seguridad; y la tercera con espacios de oficina y apoyo.
A la exposición de la colección de joyas se destinó toda la segunda planta del inmueble. El espacio, idealizado por Jaime Hayón, integró la luz natural en una sucesión de siete ámbitos de diferentes colores, cada uno para una parte de la colección, utilizando el arco como hilo conductor entre ellos y usando materiales de distintas texturas y elementos de diferentes escalas. También se crearon a lo largo del recorrido expositivo tres salas especiales para exponer piezas que forman parte de la colección histórica de Cartier, con una pantalla LED para generar un fondo de escenario animado.
El patio central se transformó en zona de estar, conectando todas las plantas con un nuevo elemento de celosía perimetral y con un espejo de agua para reflejar tanto los arcos de la exposición como el cielo madrileño sobre el logo de la marca.
La empresa Edt, responsable de organizar todo el evento, contrató a Empty para las obras de adecuación del edificio: nuevas instalaciones de climatización, electricidad, sonorización y PCI, adaptación de todas las plantas y ejecución de acabados en los espacios de recepción, restaurante, salas privadas y oficinas, además de la exposición, con las piezas de joyería alojadas en 109 vitrinas. Empty tuvo asimismo a su cargo la ejecución de los elementos decorativos —diseñados por Hayón Studio en línea con los colores, formas y texturas de la exposición— destinados a nueve vitrinas ubicadas en la tienda original de la firma, en la calle Serrano, y en la nueva boutique Cartier de la Galería Canalejas.